Mirador Torre Glòries ofrece la única vista de 360° de Barcelona. Tras el recorrido expositivo por Hipermirador Barcelona, en la planta –1 del edificio, la visita continúa a 125 metros de altura. El ascensor, que sube hasta lo más alto de la torre en unos pocos segundos, da acceso a la planta 30. Allí se puede disfrutar del segundo mirador de la Torre Glòries, un observatorio espectacular, a medio camino entre la ciudad y el cielo.
El nuevo mirador se emplaza en el lugar que Ildefons Cerdà concibió como centro de Barcelona en su plan urbanístico. Desde este mirador 360° se obtienen unas impresionantes vistas de Barcelona en todas direcciones. Se puede contemplar la montaña de Collserola, un pulmón verde que mantiene el aire de Barcelona limpio y respirable. En su cima, el contorno de la torre de telecomunicaciones, que transmite ondas de radio por toda la ciudad. Hacia el este, la amplia superficie azul del Mediterráneo, con su litoral desde la central térmica de Sant Andreu hasta el hotel W Barcelona. Y muy cerca, la otra gran roca verde de la ciudad: Montjuïc.
Más allá de las características geográficas, desde este mirador 360° también se puede ver la forma de la ciudad medieval, el distrito de Ciutat Vella. Incluso es posible distinguir, a lo lejos, el contorno de otros barrios con distintos patrones de calles, como Gràcia, Horta o Sant Andreu, que una vez fueron pueblos independientes. Junto a la torre se puede contemplar la parte nueva de la ciudad que simboliza la Barcelona del siglo XXI: el 22@; o la confluencia de sus tres grandes avenidas: la Meridiana, la Gran Via de les Corts Catalanes y la Diagonal.
También se puede ver, muy cerca, la Sagrada Familia como vecina ilustre. Y, por supuesto, la trama urbana del Ensanche, la expansión icónica que creó un nuevo modelo de ciudad, denso y transitable, que integraría naturaleza y tecnologías emergentes.
En el siglo XXI hemos entendido que una ciudad es mucho más que lo que se ve a simple vista, mucho más que un trazado de calles y monumentos. Desde Mirador Torre Glòries no solo se obtienen espectaculares vistas de Barcelona y de sus edificios más emblemáticos: el nuevo mirador de Barcelona también es la atalaya privilegiada desde donde se puede admirar el flujo y el ritmo de la ciudad, el movimiento de las aves, las nubes, la luz y sus reflejos, los árboles y las personas.
La planta 30 es el centro neurálgico de Mirador Torre Glòries. Un espacio privilegiado envuelto de cristal, acero y hormigón. La gran cúpula transparente, el singular diseño arquitectónico de planta ovoide y la sensación de estar flotando con la ciudad entera a los pies y con el cielo al alcance de la mano hacen de este mirador un lugar especial para contemplar Barcelona a 125 metros de altura desde el centro de la ciudad. Pero hay más; y para verlo, tan solo hay que echar la cabeza hacia atrás y alzar la vista.
El punto más alto de la torre está presidido por una enorme obra de arte multisensorial del artista contemporáneo Tomás Saraceno. Una escultura transitable que propone un juego basado en las nubes para reflexionar sobre la interdependencia entre todos los seres vivos.