Mirador Torre Glòries es un nuevo tipo de observatorio que nos permite conocer Barcelona con una nueva mirada: percibir el latido de la ciudad que afecta a nuestro día a día y del que muchas veces no somos conscientes. Como una nueva forma de telescopio y microscopio, nos descubre a nuestros vecinos no humanos, la danza diaria de todos sus sistemas e infraestructuras, y los cuerpos celestes y los satélites que cruzan nuestro cielo. Una sorprendente manera de presentar la ciudad como un entrelazado de fuerzas naturales, sociales y tecnológicas. Para descubrir Barcelona con nuevos ojos.
El mundo avanza, y con él, nuestra manera de pensar. En pleno siglo XXI nos encaminamos hacia una nueva idea de nuestro lugar en el mundo: un lugar donde «nuestro mundo» coexiste con el de los demás, donde la humanidad ya no es el centro del universo.
Barcelona, como todas las grandes metrópolis, está cambiando. Mientras la era de los combustibles fósiles llega a su fin y buscamos un nuevo equilibrio con la naturaleza, hemos empezado a soñar con una nueva Barcelona más verde y más amable, impulsada por energías sostenibles y tecnologías inteligentes. Una nueva ciudad donde, además, ahora somos conscientes de que los humanos no vivimos solos.
Mirador Torre Glòries ofrece un recorrido con tres miradas excepcionales sobre Barcelona:
La visita empieza con Hipermirador Barcelona, en la planta –1. Allí descubrimos un mirador diferente. Una plataforma de visión que lee y amplifica el pulso urbano, para observar Barcelona más allá de la ciudad que vemos a simple vista, para entenderla como un ser vivo cuyo latido tiene un fuerte impacto en nuestra manera de habitar la ciudad.
Las personas vivimos en un ecosistema en el que se entrecruzan sistemas, infraestructuras y tecnologías de los que dependemos para vivir, y cuya sostenibilidad depende, a su vez, del uso que hagamos de ellos. A partir de instrumentos de big data, que recogen datos de sistemas urbanos, y de espectaculares instalaciones que combinan arte, música, tecnología y producciones audiovisuales de gran formato, se toma el pulso a la ciudad, para descubrir Barcelona como un organismo vivo, habitada por vecinos humanos y no humanos.
Tras este primer recorrido, la visita continúa en la planta 30, a 125 metros de altura, donde se sitúa el Mirador, que ofrece una vista de 360° de la ciudad, en el centro de Barcelona imaginado por Ildefons Cerdà. Desde allí se pueden contemplar la montaña de Montjuïc, el mar Mediterráneo, la Sagrada Familia o el distrito 22@, entre otros.
El punto más alto de la Torre Glòries está presidido por una espectacular obra de arte de Tomás Saraceno. Cloud Cities Barcelona es una escultura transitable de gran formato, suspendida dentro de la cúpula y construida a partir de una estructura de cables tensados. La instalación permite recorrer su interior, como si se sobrevolase la ciudad a 130 metros de altura. Es un juego basado en las nubes que lleva al límite nuestra zona de confort y que propone una reflexión sobre la interdependencia e interconexión entre todos los seres vivos. Una experiencia única para culminar este viaje y conocer Barcelona desde el centro de la ciudad.
Ildefons Cerdà, el urbanista que inventó la Barcelona moderna, imaginó la plaza de les Glòries como su centro absoluto. Hoy en día es un nuevo pulmón verde de la ciudad llamado a albergar un dosel arbóreo, la Canòpia Urbana, en cuyo centro puede disfrutarse de un extenso parque, la Gran Clariana. Pero no siempre fue así. En el siglo pasado, Barcelona dio la espalda al plan original de Cerdà y convirtió la plaza de les Glòries en un intercambiador de tráfico automovilístico en la confluencia de las tres vías más largas de la ciudad: la Meridiana, la Gran Via de les Corts Catalanes y la Diagonal. En el siglo XXI, con la pacificación de esas tres vías y de la plaza donde convergen, Glòries ha recuperado la condición que nunca debió perder, la del centro de la Barcelona que Cerdà imaginó: una ciudad abierta, verde y sostenible.
Rodeando el parque de la Gran Clariana, se encuentran el Disseny Hub Barcelona y el mercado Encants Vells, que en apenas unos años han pasado a ser dos de los edificios más importantes de Barcelona. Y presidiendo la plaza, como un géiser burbujeante, se levanta una de las estructuras más visibles de toda la ciudad: la Torre Glòries. Desde su cima se puede ver toda la extensión de una urbe con más de 2000 años de vida. Sus montañas, sus dos ríos, el Mediterráneo que la abraza y el cielo que la cubre. En el interior del edificio, bajo tierra, se esconde un observatorio para descubrir Barcelona como jamás se la había visto. Un lugar que permite tomar el pulso a la ciudad, leer su respiración.
Mirador Torre Glòries es una gran antena que recoge el tempo de Barcelona y el paso de sus días. Un doble mirador que traza las conexiones entre todos los elementos que determinan la vida en la ciudad en cada momento, y que permite conocer Barcelona desde múltiples puntos de vista.